Cuando parecía que superarían este problema, en Morena volvieron a caer en lo mismo que arrastran por años.

Primero abrieron el proceso para aquellos que desearan confirmar su militancia o simpatía y después lo suspendieron hasta nuevo aviso o cuando así lo dispongan los dirigentes nacionales.

Sin filias y con fobias. Y como que algo esconden y que no quieren que conozcan los mexicanos.

La farsa

Si la sesión del Consejo Nacional fue decisiva, en el Comité Nacional se extralimitaron.

Poco duró el gusto con la buena enjabonada que le dieron a Mario Delgado y a quien prácticamente lo despidieron de la Presidenta del partido –a través de Paco Ignacio Taboi II que se encargó de decirle que mejor renunciara–, con la mala decisión que tomaron de seguir cometiendo el error de siempre.

En la reunión de los directivos de la semana pasada se cuenta que la Secretaria General de Morena, Citlalli Hernández dio “el manotazo” y se impuso.

Y no para defender a la militancia, menos los ideales del hoy partido en el poder. Por el contrario, como que está en contra de las bases que sostienen este proyecto político.

La joven argumentó que se le dedicaba más atención a esta tarea que a promover la revocación de mandato y las reformas del Presidente.

Aunque al principio muchos no entendían, después les cayó “el veinte” de que se trataba de un mensaje y por eso respaldaron a Citlalli.

De esta forma acordaron suspender el proceso de reafiliación que ya iba caminando muy bien en varios estados del país y que tenía planeado lograr el crecimiento del padrón de Morena y así enfrentar los nuevos retos como las elecciones del año entrante y el proceso electoral del 2024.

Pero, parece que eso tardará un poco más, quizá mucho más, para que se quiten este lastre que arrastran desde que Yeidckol Polevnsky estaba al frente de este partido.

La farsa de la entonces lideresa nacional y que sirvió para demostrar que tenían fuerza en el 2018.

Un cáncer

Este asunto no es nuevo. Precisamente después del triunfo de la Presidencia, se ventiló las irregularidades en el padrón.

De hecho, se avivó el fuego en la disputa por la dirigencia nacional de Morena en 2019, en donde Yeidckol no quería dejar el cargo y los demás aspirantes abrieron un frente para derrocarla.

Así, hasta la fecha el listado de militantes y simpatizantes no es confiable.

Lo que no explicó en su momento Polevnsky es que ella tenía su propio padrón, como también lo hizo la Presidenta del Consejo Político Nacional, Bertha Lujan. Y eso, no permitió que coincidiera con el que estaba registrado ante el INE.

Como consecuencia, se encuentran en el aire más de 220 mil afiliados que hasta la fecha no se saben si aparecen o no en el listado morenista.

Y se habla que la cantidad real de militantes y simpatizantes está por arriba de los 310 mil, aunque ante el órgano electoral dieron una cifra superior a los 460 mil.

Esto, ha llevado a que se impugne el padrón ante tribunales y en el cual se ordenó depurarlo, pero no lo han hecho.

De hecho, en este año un grupo de militantes inconformes recurrió a la instancia correspondiente, porque no estaban de acuerdo en la forma en que Mario Delgado manejaba la reafiliación.

Todo ha sido a medias y superficialmente, porque no quieren llegar al fondo del asunto, que es destapar “el cochinero”.

Como sucede en Chiapas, con Ciro Sales, quien metió al partido a quienes quiso y ha sacado a los que les son molestosos.

El aún dirigente estatal de Morena “se voló la barda” al registrar a una buena parte de jóvenes, que ni siquiera tienen la mayoría de edad.

Al parecer los obtuvo del programa “Jóvenes Construyendo al Futuro” y en donde se encuentra al frente de los programas sociales en el estado “su cunca” de la política, José Antonio Aguilar Castillejos.

En cambio, les ha gritado, insultado y amenazado con expulsaron a militantes y simpatizantes de los municipios de Mazatán, Tuxtla Chico y reciente de Ocosingo, en donde se inconformaron por la imposición de regidores plurinominales.

Y este cáncer que contamina a Morena lo quieren seguir teniendo, por una larga temporada. Porque prefieren padecer ese mal en lugar de curarse.

Sin filias y con fobias. Están dispuestos a guardar celosamente el secreto, aunque eso implique que pierdan el respaldo social.

Moraleja: No hay mal que dure tanto… ¡Ni cuerpo que lo aguante!

Al margen: ¡Se desbordaron!

En este año, “El Buen Fin” resultó todo un éxito para las empresas y para los medianos y pequeños empresarios.

En las ciudades importantes del país, eran colas y colas de personas en las tiendas comprando y aprovechando las promociones. Se desbordaron. ¡Ayudará a mejorar la economía tan apaleada!

Por último: ¡Gracias!