Los hombres de “la 4T” no esperaban recibir un revés de tal manera.

Menos al tener la mayoría en la Cámara de Diputados Federales, con todo y aliados, para sacar adelante las reformas.

Pero, creció el enano. Aquel que quedó minimizado en las elecciones de 2018, dio el brincó.

Las apariencias engañan

No les salían las cuentas. Por más que repensaban y repasaban los números, no lograban sacar adelante la reforma energética del Presidente AMLO.

Y acababan de venir de los malos resultados de la consulta sobre la revocación, en donde también no obtuvieron los votos que tanto presumían.

Había fallado la supuesta operación política de los que se dicen los cuadros importantes de Morena, como la Jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, quien asegura traer consigo a varios gobernadores, senadores y diputados federales.

En San Lázaro, quedó muy minimizado Ignacio Mier como coordinador, que lo único que hizo fue recibir en su bancada a Carlos Miguel Aysa Damas que dejó el PRI.

Y el líder de los Senadores de Morena, Ricardo Monreal, no movió ni siquiera un dedo para impulsar la iniciativa presidencial. Hasta parece que ese era el acuerdo con la oposición: “si no ayudas, no te metas”.

Al que tiraron como loco es al dirigente espurio, Mario Delgado, pues los legisladores de su partido le dijeron que sí, pero cada uno recibía instrucciones de sus grupos políticos, que para bien de ellos fue de votar a favor.

Los del PT y el PES cumplieron como aliados y no se movieron para nada, lo contrario que hizo el Verde Ecologista, como sucedió con el diputado Andrés Pinto, quien minutos antes de iniciar la sesión, se dio de baja de esta bancada y se pasó a Movimiento Ciudadano.

Y como lo hizo la legisladora Rocío Alexis de votar en contra y quien de inmediato la expulsaron de este grupo legislativo. Pero, todo esto demuestra un coqueteo de este “chiqui partido” con la oposición.

Así, la mayoría en el Congreso, se vio como una minoría. Mientras, la minoría se impuso como la mayoría. Lo que demuestra que las apariencias engañan.

Entre el hígado y la cabeza

Los analistas políticos coinciden que este fracaso para “la 4T” se debió a la cerrazón a negociar con la oposición, lo cual es muy normal y más en una democracia.

Y a pesar de todo el ataque en redes, los señalamientos absurdos, las acusaciones sin fundamentos y el linchamiento público, el PRI-PAN-PRD-MC ganó en “las vencidas”.

En este bando, hay dos personajes que de entrada se les identifica como los principales responsables de esta victoria.

El primero, es Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, que como Diputado Federal y a la vez líder nacional del PRI, tuvo la oportunidad de mantener quietos y controlados a sus legisladores.

Sobre todo, después de la traición con Carlos Miguel Aysa Damas –y quien obedeció a su padre, el ex gobernador interino de Campeche que será embajador en República Dominicana–, lo cual encendió los focos rojos en el tricolor y provocó que tomaran medidas para que no se diera una desbandada.

El otro que contribuyó al triunfo en San Lázaro es el presidente de la JuCoPo, Rubén Moreira, a quien se le observa como el conciliador y negociador con los panistas, perredistas, los de Movimiento Ciudadano y con los dos Diputados Federales del PVEM.

Con esto, el ex Gobernador de Coahuila mandó una respuesta a Palacio Nacional sobre los señalamientos que le han hecho desde “las mañaneras”.

Y así, otros adversarios con gusto se agruparon en esta ocasión para desquitarse de todos los ataques en su contra, como Margarita Zavala, Santiago Creel y muchos más.

Así, también demostraron que como oposición pueden dar la pelea en 2024 para la Presidencia.

Porque si llegan unidos estos partidos, llevan la posibilidad de que recuperen el poder.

Aunque es evidente de que no tienen un candidato fuerte, pero de lo mismo adolece Morena, con sus principales aspirantes que no traen ese respaldo del que tanto hablan.

Además que Morena sigue padeciendo de la falta de una estructura política en todo el territorio nacional y por eso también se quedó con menos Diputados Federales en las elecciones intermedias de 2021 que fue otro de los factores que les afectó para sacar adelante la reforma presidencial.

Sobre todo, que continúan haciendo política con el hígado y no con la cabeza, con soberbia y no con inteligencia, que cada vez menos les ayuda en sus planes políticos.