El cementerio de Odebrecht

No hemos visto nada sobre la constructora brasileña que compró las almas de una buena parte de la política mexicana.

Lozoya, no ha sido el único que hizo un pacto con el mal a cambio de fuertes sobornos, porque también hicieron lo mismo otros cinco personajes destacados.

El cementerio de Odebrecht. En donde parece que hay más muertos que en cualquier panteón de pueblo.

La huesuda… Agarró parejo

También lo he escrito por meses sobre este caso: están manchados muchos, pero muchos funcionarios y miembros de la elite del poder de nuestro país.

La organización Quinto Elemento Lab, que se dedica a realizar reportajes de investigación, reveló ayer los nuevos sobornos en México por 9.2 millones de dólares, más de 180 millones de pesos, de parte de Odebrecht.

Las transacciones se habrían efectuado de 2006 a 2011, durante la administración del panista Felipe Calderón.

Así aparece asentado en el sistema contable del Departamento de Operaciones Estructuradas, la oficina secreta de este consorcio internacional que creó para distribuir exclusivamente los sobornos a los funcionarios de toda América Latina y África. En sus archivos, hay por lo menos 25 transacciones de pagos ilegales realizadas en México, independientemente de los que entregó a Lozoya.

Aunque hasta el momento se desconoce la identidad de quienes obtuvieron estas sumas de dinero de manera ilegal, pero la organización periodista descubrió que se utilizaba la clave “codinomes” para tenerlos en sus listas de pagos y a la vez mantenerlos en el anonimato.

Hicieron hasta lo absurdo y lo ridículo, pues utilizaron a “Batman” y “Robin” para hacer llegar 500 mil dólares, alrededor de 10 millones de pesos, para la campaña del priísta Javier Duarte en Veracruz, quien sigue preso por el delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita.

También AMLO y uno de sus allegados no se salvan, porque aparece el alias de “PH Michoacán”, para pagar 383 mil dólares, que sería el equivalente a más de 7 millones y medio de pesos, y con lo cual consiguieron la construcción de la presa Francisco Múgica

en 2006, asignado por el entonces Gobernador perredista de ese estado, Lázaro Cárdenas Batel, actual jefe de asesores del Gobierno Federal.

Es decir, la huesuda de Odebrecht… Agarró parejo. No discriminó ni credo ni ideología ni partidismo. Con tal de conseguir las licitaciones, compró las almas de casi a toda la clase política.

Dulce o travesura

Es claro que en todo este asunto, hay un trasfondo.

Porque de que ya pusieron en jaque a nuestros influentes miembros de la cúpula en México, ya los pusieron.

Y “no me chupo el dedo” de que fácilmente la empresa brasileña entregue información a las autoridades.

Lo que buscan los ejecutivos de esta constructora, no es un dilema: quieren seguir recibiendo obras.

Entonces, ¿estamos ante un chantaje de índole internacional? Puede ser.

Aunque yo más bien veo que se trata de una estrategia meramente empresarial, muy al estilo de las grandes mafias.

Le han metido presión a la política en México, con un caso muy grave de corrupción, y con lo cual van a esperar a vender su amor al mejor postor.

Increíblemente, los que han practicado este “modus operandi” y así han hecho caer a sus víctimas, ahora ellos se volvieron en las presas principales de esta nueva caza.

Y está bien analizado este plan, que puede rebasar al gran Maquiavelo: golpearon a todas las fuerzas políticas, tanto al PRI, como al PAN y a Morena.

Por si fuera poco, toma una mayor relevancia porque se acerca el 2024 cuando se elegirá la Presidencia y con ello se definirá la continuidad de la izquierda o si se da el regreso de la derecha al poder.

No dudo que Odebrecht, con tal de alcanzar sus fines, pueda ir revelando los nuevos nombres de quienes recibieron estos 9.2 millones de dólares como sobornos en México. Y que también por ahí cuenten con un video que hayan filmado de alguno al que le entregaron “el moche” en una oficina o casa.

Los pusieron “a parir chayotes” a nuestros distinguidos políticos, quienes tendrán que ofertar muy bien a los brasileños y así no sean evidenciados en este bochornoso caso.

Les dijeron: dulce o travesura. Con todo el dolor de su corazón, tienen que presentar su mejor ofrenda. De lo contrario, pueden ser parte del cementerio de Odebrecht.

Moraleja: ¡Todo cae por su propio peso!

Al margen: ¿Vela en el entierro?

¿Habrá algún destacado chiapaneco que haya alcanzado este mar de corrupción que provocó el consorcio internacional?

La pregunta la he hecho desde hace meses. Y sigo insistiendo, porque puede ser que estemos cerca de conocer a uno o a varios. ¿Vela en el entierro? ¡Y parece que están muy hundidos!