El Gobierno de López Obrador asegura que se debe de regularizar su explotación. De lo contrario, no habrán más permisos. 

 

La oposición afirma que no pasará la reforma eléctrica que contempla este asunto y otros más. 

 

Así, se ha dado inicio a la pelea por el litio, como nunca antes en la historia de México. 

 

El reto 

Conforme a expertos, esto puede ser el comienzo de la liberación de la energía eléctrica en todo el mundo. 

 

Aunque, en nuestro país su aprovechamiento no se desarrolla frecuentemente, por lo que la propuesta para nacionalizarlo es irrelevante. 

 

Con lo que han coincidio los especialistas, es que el Gobierno lo que busca es tener el control de este recurso y percibir mayores ingresos. Y nada más. 

 

El subsuelo ha sido y sigue siendo propiedad de la nación. Para su explotación, se debe de obtener una concesión del Gobierno Federal y pagar impuestos, como lo hacen los que se dedican a este ramo. 

 

Hasta este momento, las mineras canadienses son las que extraen el litio mexicano, con la tecnología para trabajar en condiciones difíciles y con los permisos vigentes desde hace muchos años, quizá de décadas, y trabajando de forma ecológica. 

 

Entonces, lo que sugieren los conocedores de la materia, es que se analice si hay capacidad o no para explotar el subsuelo. De lo contrario, todo quedará enterrado. 

 

Y que tenga la capacidad el Gobierno Federal de aprovecharlo por sus medios, ese es “un sueño guajiro”. 

 

Es aquí en donde se encuentra el dilema. Porque mientras otros paises empiezan a trabajarlo como una alternativa para generar energía, México como que se esta rezagando. 

 

El litio, se puede almacenarse en baterías y posteriormente convertirla en electricidad. Eso lo veríamos dentro de 20 o 30 años, que se encuentra a la vuelta de la esquina. 

 

China es hasta hoy el principal generador, aunque recientemente ha entrado a la competencia Centroamérica en donde se encontraron enormes yacimientos. 

 

Como en nuestro país, que descubrieron grandes depósitos en el estado de Sonora, que si no se saben explotar y purificarlos, se perderán. 

 

Ese es el reto que tiene el Gobierno mexicano. Por eso, algunos consideran que la reforma energética es innecesaria, porque solo se trata de nacionalizar su extracción, en lugar de buscar los mecámisnos para su adecuado uso y aprovechamiento. 

 

Reforma tras reforma 

Lo más increible, es que en el sexenio de Enrique Peña Nieto, vivimos un episodio casi igual. 

 

Se nos dijo en aquella ocasión, que la iniciativa que se presentaba, iba a ayudar a que nuestro país mejorara en el manejo de la generación de la energía con la CFE y, sobre todo, para revivir el “elefante reumático” de Pemex. 

 

Y ni una ni otra cosa. Por el contrario, los mexicanos hemos padecido los incontrolables aumentos en los recibos de luz y ya ni se diga de las alzas de los combustibles. 

 

Lo peor, es que hace 6 años, los que estaban en la oposición –el PRD–, rechazaron la reforma energética. Aunque no todos. Y los del PRI y PAN hicieran hasta lo imposible para que se aprobara. 

 

A esa distancia, los papeles han cambiado: los que eran de izquierda y que ahora se encuentran refugiados en Morena, buscan a toda costa salir adelante con la iniciativa. Mientras, los que hoy están del lado contrario, PRI y PAN, dicen que no. O por lo menos los panistas se encuentran muy firmes, porque los priístas estan indecisos. 

 

Es la eterna lucha del poder, en donde a los grupos solo les interesa salir adelante con sus intereses. Y, claro, dejan a un lado lo que le conviene a los mexicanos. 

 

De aquella reforma energética, surgió el escándalo de los sobornos que dio la empresa brasileña Odebrecht al equipo de campaña y después a los funcionarios de Peña Nieto, que hasta la fecha es un asunto que se dirime ante la justicia. 

 

En este nuevo episodio, lo que menos esperamos es que se vuelva a dar otro caso similiar. Sobre todo, cuando nos encontramos bajo un Gobierno que lucha contra la corrupción. 

 

Nada más que, como hace 6 años, estos temas se vuelven un asunto de interes de las transnacionales. 

 

Asi, se repite la historia de siempre, de que los extranjeros se aprovechan de nuestros recursos naturales. Y, como los conquistadores, nos terminan por vender solo espejitos. 

 

Reforma tras reforma. Mientras, los políticos se desgarran las vestiduras por defender su posición, y sacan raja lo más que puedan, al final el pueblo siempre queda desprotegido. 

 

La pelea por el litio. Que debería de ser para realmente beneficiar a nuestro país, y no solo a unos cuantos, como suele suceder. 

Moraleja: Es la misma gata… ¡Nada más que revolcada! 

Al margen: ¡Quietos! 

Ayer siempre se dio la entrega post mortem de la medalla “Belisario Domínguez” al Doctor Manuel Velasco Suárez. 

Nada más, que no figuró el ex Gobernador y Senador plurinominal. La presea la recibió un hijo. Quietos. ¡Y cuidado que se salgan de la línea! 

Por último: ¡Reorganización! 

En estos meses se iniciará la reafiliación a Morena en Chiapas. Y con ello, esperan renovar varios cuadros como los comités seccionales. 

Incluida, la dirigencia estatal que sigue en manos de Ciro Sales y que, ahora sí, tendría que dejar. Reorganización. ¡Y también darle un aire nuevo a este partido! 

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