Estados Unidos abandona Afganistán y pone fin a 20 años de guerra

La guerra más larga en la que se ha visto involucrado Estados Unidos terminó este lunes después de 20 años con la salida de las últimas tropas estadounidenses de Afganistán. Un guardia talibán del aeropuerto de Kabul dijo que los últimos aviones estadounidenses habían salido del territorio afgano poco después de la medianoche del martes, hora del país asiático.

Estados Unidos completó así su retirada de Afganistán, cerrando un capítulo de la historia militar que probablemente será recordado por los colosales fracasos, las promesas incumplidas y una frenética salida final que costó la vida a más de 180 afganos y a 13 militares estadounidenses, algunos de ellos apenas mayores que la guerra.

Horas antes de la fecha límite fijada por el presidente Joe Biden para cerrar el último puente aéreo y poner así fin a la guerra de Estados Unidos, aviones de transporte de la Fuerza Aérea sacaron del aeropuerto de Kabul al contingente restante de tropas. Miles de soldados habían pasado dos semanas angustiosas protegiendo un apresurado y arriesgado puente aéreo para decenas de miles de afganos, estadounidenses y otras personas que intentaban escapar de un país gobernado de nuevo por los militantes talibanes.

Al anunciar la finalización de la evacuación y del esfuerzo bélico, el general Frank McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos, dijo que los últimos aviones despegaron del aeropuerto de Kabul a las 15:29, hora de Washington, o un minuto antes de la medianoche en Kabul.

El aeropuerto se había convertido en una isla controlada por Estados Unidos, un último bastión en una guerra de 20 años que cobró la vida de más de 2.400 estadounidenses.

La retirada definitiva cumplió con la promesa de Biden de poner fin a una guerra que comenzó en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001, en los que murieron casi 3,000 personas en Nueva York, Washington y la zona rural de Pensilvania. Su decisión, anunciada en abril, reflejaba el cansancio de la nación por el conflicto de Afganistán. Ahora se enfrenta a la condena en su país y en el extranjero, no tanto por poner fin a la guerra, sino por la gestión de una evacuación final que se desarrolló en el caos y suscitó dudas sobre la credibilidad de Estados Unidos.

Las operaciones bélicas estadounidenses por momentos parecían prolongarse sin un final a la vista, con una esperanza mínima de victoria y con poco interés por parte del Congreso sobre la manera en que se gastaron decenas de miles de millones de dólares a lo largo de dos décadas. El costo humano se acumuló: decenas de miles de estadounidenses heridos y fallecidos, así como un incontable número de personas que padecerán traumas psicológicos con los que tendrán que vivir, incluso si aún no lo saben.

Más de 1,100 soldados de los países de la coalición y más de 100,000 efectivos y civiles afganos perdieron la vida, según el proyecto Costo de la Guerra de la Universidad Brown.

Desde el punto de vista de Biden, la guerra pudo haber concluido hace 10 años, cuando Estados Unidos mató a Osama bin Laden, cuya red terrorista de Al Qaeda planeó y ejecutó los ataques terroristas desde Afganistán. Al Qaeda quedó prácticamente desmembrada, evitando hasta el momento un nuevo ataque hacia Estados Unidos.