Hace días circuló una publicación en la cual se da a conocer a 100 alcaldes de México como las maravillas del mundo. 

 Pareciera que fue el mayor logro que hicieron, sobre todo los dos ediles de Chiapas que salieron en esa lista, pero la población no se las creyó. 

 ¿Y son los mejor evaluados? ¿En verdad estos son los mejores? ¿Tan mal estamos en la política nacional? 

 A medias 

En este ejercicio realizado por Arias Consultores, aparecen alcaldes de todos los partidos. Pero, lo que resulta sorprendente, es que no se menciona a ediles de otras ciudades importantes del país y también cómo fue que calificaron los niveles de aprobación. 

 Por ejemplo, el mejor evaluado, el que ocupa el lugar número uno de esta lista, es el edil de Apodaca, Nuevo León, con un 79.7 por ciento. 

 De ahí, le sigue el de San Pedro, Garza con el 75.6 por ciento, después el de Corregidora, Querétaro con el 72.8 por ciento. 

 En el cuarto lugar se encuentra el alcalde de Ciudad Madero en Tamaulipas con un 61.1 por ciento. Apenas aprueba “de panzazo” entre sus gobernados. 

 Y de ahí, los demás están reprobados, aunque diga esta encuesta que son bien aceptados: el de Benito Juárez de la Ciudad de México con el 57.8 por ciento, la de la capital de Chihuahua con el 57.4 por ciento, el de Cuauhtémoc en Chihuahua también con el 57.4 por ciento, el de Tampico en Tamaulipas con el 56.7 por ciento, la de Iztapalapa en la Ciudad de México con el 53.4 por ciento, el de Milpa Alta también en la capital del país con el 52.7 por ciento, la de Huixquilucan en el Estado de México con el 51.4 por ciento, el de Boca Rio de Veracruz con el 51.3 por ciento, el de Zapopan de Jalisco con el 50.3 por ciento y el de Ensenada en Baja California con el 50.1 por ciento. 

 Por lo menos estos alcaldes tienen la mitad del respaldo de la población que mal gobiernan. Pero, el resto que aparecen en esta lista, ni siquiera eso. 

 Y pareciera que esa fuera la moda en la actual política en México: debes de ser un gobernante “a medias”. 

 Por eso estamos como estamos 

Lo que me asombra, para mí que me encuentro en Chiapas, es que en esta lista salieran dos alcaldes de este estado: el de Tuxtla y la de Tapachula. 

 Al primero, Carlos Morales Vázquez, le dan el 49. 3 por ciento de la aprobación. Mientras Rosy Urbina, contaría con el 41.5 por ciento. 

 Sobre todo, que son dos que ganaron la reelección en las pasadas elecciones del 6 de junio. 

 Ambos de Morena, consiguieron el triunfo sobre sus adversarios más cercanos de la contienda que fueron los de la alianza PRI, PAN y PRD. 

 Aquí, viene la pregunta: si ganaron de manera tan contundente en las urnas, ¿cómo es que una encuesta tan seria como la de Arias, refleja que no tienen la aprobación de la mayoría de los gobernados?

Resulta que el porcentaje de la votación coincide con este ejercicio. Carlos Morales obtuvo un poco más del 40 por ciento de los sufragios, mientras Rosy Urbina casi le pega al 44 por ciento.  

Así, haciendo un análisis profundo entre la elección y esta reciente encuesta sobre la aprobación de los alcaldes, llegamos a la conclusión en dos puntos que son muy importantes.  

El primero, que tanto el de Tuxtla Gutiérrez como la de Tapachula, no gobernarán a la mayoría de la población en sus respectivas ciudades. Ganaron, sí. Alcanzaron el triunfo, pero no cuentan con el suficiente respaldo social en sus administraciones.  

 Y el siguiente, que es el más delicado, es que llegarán a encabezar un segundo mandato sin la aprobación necesaria, que de perdida fuera superior al 50 por ciento. 

 Con esto, demuestran que son autoridades impuestas por el mismo sistema, como lo hizo el PRI y el PAN, “la mafia del poder”, cuando mandaban en este país. 

 Y así, hay muchos, pero muchos alcaldes en México que se encuentran en la misma situación, que apenas si tienen el mínimo de aceptación de su pueblo y siguen gobernando. 

 Por eso es que existen tantos atrasos en los municipios, porque la mayoría que son elegidos no cuentan ni con el mínimo de capacidad para atender los problemas. Es más, como sucede como con el de Tuxtla Gutiérrez y la de Tapachula, no les interesa atender las demandas.