Por si algo no nos hacía falta en México, nos encontramos con este nuevo problema, o que quizá no se había visto. 

 Uno de los temas que urge se ponga sobre la mesa, porque también afecta a la escasez de agua para miles de familias. 

 La contaminación de las centrales termoeléctricas. Que generan la luz al país, pero a un alto costo. 

 Un ecocidio 

Si el Norte padece de tierras áridas, producto de la sequía, el Sureste de México por ese camino va. 

 En esta región, falta infraestructura para atender la gran contaminación que se genera con la presa del Grijalva, operaba por la CFE. 

 Así, mientras se suministra de energía a diferentes estados del país, prácticamente a Chiapas se le está matando día tras día. 

 Y todo bajo la justificación de la llamada “soberanía energética”, con lo cual este Gobierno está dispuesto a dejar pasar cualquier cosa, o cometer muchas cosas bajo el amparo de la ley, aunque sea un peligro para el medio ambiente. 

 Si ayuda a los fines de mantener la popularidad del Presidente López Obrador, ¿se vale hacer esto y más? 

 Por lo menos así se ve desde Chiapas, tierra prospera y llena de riqueza natural, en donde se aprovecha el caudal del gigante Grijalva, para producir casi la mitad de la electricidad que genera junto con las otras tres presas con que cuenta esta entidad. 

 No hay que dejar pasar este asunto, los riesgos que representa la contaminación que provocan las centrales de ciclo combinado que funcionan quemando combustibles fósiles y que esos residuos se van al cielo y terminan en los mares. 

 Y ninguna autoridad dice nada, menos hace algo, para detener este que podría ser el mayor ecocidio en el Sureste de México. 

 No es nuevo

El actual Gobierno Federal desde el 2018 se ha mostrado indiferente ante este espinoso tema. 

 Y a veces, pareciera que este problema de la contaminación del agua con las presas en Chiapas, como que les vale. 

 El ejemplo más evidente es el del Director de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente de la Semarnat, Ángel Carrizales, quien no tiene ni el más mínimo de experiencia. 

 Por el contrario, este funcionario federal tuvo la genial ideal de reducir hasta el 19 por ciento en este 2021, los apoyos para que los organismos operadores de agua invirtieran en una mayor cobertura. 

 Otro rubro que demuestra el poco interés del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es la crisis por la falta de agua que ya padecen millones de mexicanos todos los días, porque se han hecho recortes a programas prioritarios en esta materia: no hay dinero para infraestructura. 

 En el programa Proagua, antes conocido como APASU, pasó de 2 mil 585 millones de pesos en 2020 a tan solo 2 mil 82 millones para este año. A pesar de que es importante, porque con estos recursos se unen esfuerzos entre los diferentes niveles de Gobierno, pues de un peso aportado por el Gobierno Federal, las empresas estatales de agua o las municipales, ponen otro peso, que sirve para mantenimiento, reparación y hasta para financiar nuevos proyectos.  

 Algo que preocupa a las instituciones internacionales, porque México está descuidando el manejo de su agua y su saneamiento, como lo que sucede con las presas de Chiapas, y evitar problemas a futuro. Para que se entienda lo grave del asunto: la administración federal debería de estar inyectando a este sector desde el 2019 alrededor de 80 mil millones de pesos, pero solo ha dedicado más de 2 mil millones anuales. 

 Y en lo que también tiene mucho que ver el Director General de la Comisión Nacional del Agua, Germán Martínez Santoyo, al dejar que se estén contaminando los principales afluentes de Chiapas y, lo peor, no se hacen los esfuerzos para tratarla de manera adecuada. 

 El tema no es nuevo. Tan solo el año pasado, pobladores vecinos de la presa Netzahualcóyotl, conocida como Malpaso, denunciaron derrame de aceite, que causó la muerte de peces. Mientras, ninguna autoridad dijo nada, menos hizo algo al respecto. 

 La contaminación de las centrales termoeléctricas. Una bomba que en cualquier momento puede explotar, desde el Sureste de México. 

Moraleja: Están viendo… ¡Y no ven! 

Al margen: ¿A punto de un nuevo colapso? 

Ayer se registró a nivel nacional, 12 mil 116 nuevos casos de Covid. Y con esto, en tan solo dos días, se llegó a alrededor de los 23 mil. 

Los especialistas en la materia, hablan que si no se trata de una tercera ola, por lo menos es muy parecido a una segunda. ¿Estamos a punto de un nuevo colapso? ¿O a media pandemia? 

Por último: ¡Siguen firmes! 

A pesar de esto, el Gobierno Federal afirmó ayer que no hay nada que impida el regreso a clases, que está programado para el siguiente mes. 

Y hasta han anunciado que en la siguiente semana presentarán el plan, porque las escuelas “ya han estado abandonadas por mucho tiempo y varias han sido vandalizadas”. Siguen firmes. Pero, ¿qué necesidad de exponer a los niños y a los jóvenes?