Héctor Narváez
La otra intervención
Los Exgobernadores de Chiapas ya están metidos hasta el fondo en este proceso electoral.
Cada uno, tiene su poquito de seguidores. Y están impulsando a varios candidatos de los diferentes partidos.
Se trata de la otra intervención, que no está sancionada por la ley. Pero, que mal se ven de que sigan con su sed de poder.
Pelea por la cuota
Nadie los detiene. Hasta parece que pueden actuar impunemente para hacer de las suyas en las próximas elecciones.
El primero en la lista, y el más evidente, es Manuel Velasco Coello. El actual Senador plurinominal por el Verde Ecologista, igual anda metido en los asuntos del que se supone es su partido, como en Morena hasta en la alianza del PRI, PAN y el PRD, buscando acomodar a su gente como candidatos a Diputados Federales, Diputados Locales y para Alcaldes.
El segundo, un poco más discreto, es el Cónsul en Orlando, Juan Sabines Guerrero. En Tuxtla Gutiérrez y en otras ciudades del estado, tiene a su equipo que también le operan tanto en Morena y en los partidos con los que va en coalición, así como en “Va por México” y en “Va por Chiapas”.
El que sigue es Roberto Albores Guillén, quien cuando amerita la situación, se muestra públicamente en algún restaurante. Si no, desde su rancho mantiene las pláticas con los diferentes aspirantes y grupos que se mueven también en el hoy partido en el poder como en la oposición.
Y el último, sería Pablo Salazar Mendiguchía. Debido al desgaste que ha sufrido en la política y por lo cual solo mantiene un equipo reducido, impulsa a unos cuantos “gallos” para que sean postulados en este proceso electoral.
Estos son los ex gobernadores de Chiapas, que a pesar de que no hicieron bien las cosas cuando estuvieron al frente de este estado, pelean su cuota de poder.
Dividir el voto
Si bien es cierto que siempre se ha dado la participación de los ex mandatarios estatales en las elecciones, pero ahora llama la atención su intensa participación, a pesar de que no está en juego la gubernatura.
Este escenario, se pareciera como el que se dio en el 2000, cuando Roberto Albores Guillén salió a escena, en su intento de buscar ser candidato. Al final, no lo logró, pero dejó despedazado al PRI y preparado para que la oposición, en ese entonces el PRD con el PAN y Pablo Salazar, pasaran por encima.
En este 2021, se entiende que el mejor conocido como “Satanás”, busca posicionar a su hijo, “el Diablito”, para el 2024. Y ya no les importa tanto que sea por el PRI y su alianza o por Morena.
Por su lado, Manuel Velasco también tiene la mira puesta dentro de 3 años. No tanto que él vuelva a postularse, pero si mantener su estructura, para después ver a quien mete de candidato.
En esa misma sintonía se encuentra Juan Sabines Guerrero. Y Pablo Salazar, que hay que observar si le va a alcanzar en estas elecciones intermedias, porque aún no se recupera del 2018 al haber sido candidato independiente a Senador y sufrir una muy dura derrota.
Lo más delicado de este asunto, es que estos ex Gobernadores, no están comprometidos ni con Morena ni con la oposición.
El único de este cuarteto que se salvaría de estar alineado a “la 4T”, sería el Cónsul. Pero, del resto, hay muchas dudas.
Velasco, un día se manifiesta a favor del partido guinda y al otro declara ante los medios en su contra. Y hasta está operando en diferentes regiones para que pierda y así gane ya sea el Verde o la alianza del PRI, PAN y el PRD.
Salazar Mendiguchía, como no le dieron su premio de consolación en este Gobierno, es muy probable que también este en contra del Movimiento de Regeneración Nacional y de sus aliados.
Y Albores Guillen, se le ve más definido al tricolor, a pesar de las traiciones que ha cometido a ese partido que le dio la oportunidad de ser el último gobernador interino de Chiapas.
En otras palabras, los ex Gobernadores están haciendo lo que mejor saben hacer: polarizar el voto. Pero, no sería a favor de Morena. Si no, todo lo contrario.
Moraleja: A río revuelto… ¡Ganancia de pescadores!
Al margen: ¿Su As?
Esa no se esperaba. Doña Rosario Robles, anunció con señalar a Luis Videgaray y a otros ex funcionarios de Enrique Peña Nieto en “la Estafa Maestra”.
Si hace esto, la justicia mexicana tendría los elementos suficientes para llamarlos a comparecer y hasta meterlos a la cárcel. Parece ser que es su As, en este proceso judicial que ya se ha vuelvo un juego político.
Por último: ¿Otro capricho?
El Presidente AMLO no mide las decisiones que toma. Está en puerta que tenga que pagar más de 70 mil millones de dólares, para indemnizar a los inversionistas afectados con la reforma eléctrica.
Eso es mucho dinero en pesos mexicanos y que afectaría severamente a las finanzas de la administración federal. Pero, ¿es otro capricho?
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